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Ya sea para Navidad, cumpleaños, bodas, graduaciones, etc., la acción de dar un regalo puede ser abrumadora, agotadora incluso en lugar de una experiencia gratificante y positiva. No estás segur@, quieres que tu regalo sea apreciado y sientes la presión de elegir un regalo con cuidado, he estado en tu posición, y es totalmente normal. Ahora que se acerca la Navidad, aquí tienes 5 consejos para que te resulte más fácil sobresalir en el arte de hacer regalos, a partir de ahora.
1) Evita agregar un regalo pequeño a un regalo grande
Por muy extraño y contradictorio que pueda parecer, es mejor concentrarse en un solo regalo costoso, en lugar de agregar uno más pequeño «encima». De hecho, cuando recibimos varios regalos, tendemos a promediar inconscientemente su valor, por lo que un regalo pequeño agregado a uno grande en realidad daña el impacto de este último. Esto se llama la «paradoja del presentador» y se demostró en 2012 gracias a un estudio, donde a los participantes se les ofreció un iPod solo o un iPod con una descarga gratuita (una canción). Cuando se les preguntó cuánto pagarían por él, las personas que recibieron el iPod con la descarga lo valoraron un 20% menos que las que no la recibieron. Recuerde el dicho «menos es más», ya que es un ejemplo perfecto cuando se trata de dar regalos. Otro ejemplo sería regalarle a alguien una botella de vino caro, con unos vasos de plástico. Esto devaluaría totalmente e inmediatamente el regalo principal, por lo que nuevamente “menos es más”.
2) Regala experiencias y momentos más que cosas
Las cosas envejecen, se rompen, se pierden, desaparecen; cuando las experiencias te dan la oportunidad de crear recuerdos que pueden durar para siempre. Recordarás un paseo por la ciudad con un/a amig@ o un concierto o un spa mucho más vivido y con más cariño que cualquier objeto físico. La idea proviene del psicólogo Thomas Gilovich, cuya investigación ha demostrado que el dinero gastado en proporcionar más felicidad es mejor que el dinero gastado en tener. Las experiencias también crean anticipación, haciendo que los días o semanas previos al evento sean más placenteros, mientras que el uso inicial de un objeto físico será placentero, pero nunca durará tanto en el tiempo.
3) Las tarjetas regalo son una buena idea
El valor de un regalo es su precio; dicho esto, su valor dependerá de una persona a otra. Puedes gastar 10€ en algo que valdrá menos de 10€ para la persona a la que se lo des. Ahora, una cosa que tiene el mismo valor para todos es el dinero en efectivo. Si bien regalar dinero en efectivo es popular en algunas ocasiones en algunas culturas, no es para tod@s y puede interpretarse como perezoso o incluso ofensivo. Sin embargo, si es un regalo aceptado en tu cultura, familia, grupo de amig@s, las tarjetas regalo seguirán siendo una mejor opción que cualquier regalo comprado apresurado o mal elegido.
4) Piensa como si fueras el/la receptor/a
En pocas palabras: compra regalos que tu destinatario compraría por sí mism@. Esto puede parecer obvio, pero sucede mucho menos de lo que imaginamos y es mucho más difícil de lo que piensas. Piensa en el regalo como una oportunidad para brindar utilidad o felicidad al/a la receptor/a. Piensa en lo que les gusta y lo que no les gusta, recuerda las conversaciones y sigue tu intuición. A veces, la mejor manera de hacerlo bien es simplemente hacer la pregunta inicial, «¿qué te gustaría?» Es una conversación totalmente aceptable entre los miembros de una familia acordar dar los regalos que tod@s quieren, en lugar de comprar a ciegas.
5) Gasta más en los demás que en ti mism@
Un estudio demostró que gastar dinero en otros aumenta la felicidad de los que dan regalos. Los sentimientos altruistas positivos que se pueden experimentar al darle a alguien un regalo que ama también durarán más que gastar dinero en nosotr@s mism@s; por lo tanto, si bien es importante cuidarse a sí mism@, también hay grandes beneficios de ser generos@ con quienes nos rodean. Finalmente, recuerda el «por qué», la razón por la que le estás dando un regalo a alguien, se trata de la idea y el esfuerzo más que del regalo en sí, es una forma de mostrarles tu aprecio y amor, expresando tu gratitud porque hacen parte de tu vida y abrazando tu conexión y abrazándolos de manera tan cálida y simbólica como sea posible a través de esta experiencia.