Cuando piensas en un coach profesional, es posible que imagines a alguien con una sólida formación académica y experiencia en el campo. Pero, ¿alguna vez te has detenido a considerar cómo las experiencias vitales, particularmente las internacionales, pueden enriquecer y dar forma al estilo de coaching de una persona? Permíteme contarte sobre mi viaje intercultural, desde las concurridas calles de Bruselas hasta el corazón palpitante de Sevilla, y cómo esta odisea potenció mi carrera en el coaching.
Bruselas, mi punto de partida
Nací en Bruselas, una ciudad que es un crisol de culturas e idiomas. Desde muy joven, me sumergí en un entorno donde la diversidad era la norma. Aprender a navegar en un espacio multicultural no solo me enseñó a ser adaptativa, sino también a valorar la riqueza que cada cultura aporta.
El salto a Oxford, Brighton, Bologna…
Mi curiosidad y pasión por las culturas me llevó a vivir y estudiar en ciudades tan diversas como Oxford, Brighton y Bologna. Cada parada en mi travesía agregó capas de comprensión a mi perspectiva del mundo. Aprendí que cada individuo es un compendio de sus experiencias, influencias culturales y valores personales.
Sevilla, donde todo convergió
Finalmente, llegué a Sevilla. Aquí, todas mis vivencias interculturales convergieron y encontré la chispa que definiría mi enfoque de coaching. Entendí que, para guiar a alguien en su proceso de transformación personal o profesional, es esencial conectar con su historia, sus raíces y su cultura.
Coaching con una perspectiva intercultural
El coaching no se trata solo de aplicar técnicas y estrategias; es sobre comprensión y empatía. Mi viaje de Bruselas a Sevilla me enseñó que para ser un coach efectivo, uno debe estar dispuesto a sumergirse en las profundidades de la diversidad humana. Hoy, potencio mi coaching con un enfoque intercultural, asegurándome de que cada cliente se sienta entendido, valorado y empoderado en su propio contexto.
Para aquellos que buscan un coaching que abrace la diversidad y honre sus propias jornadas personales, les invito a explorar lo que un enfoque intercultural puede ofrecer. Porque, al final del día, todos somos producto de nuestros viajes, tanto literales como figurativos.
Roxanne